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¡Atención! este año se prevé una estación con elevado riesgo para los pacientes alérgicos |
Picor, escozor, quemazón sensación de un cuerpo extraño o arenilla, lagrimeo, ojos enrojecidos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz) son los síntomas delatores de la conjuntivitis o inflamación de la conjuntiva, una membrana transparente que recubre parte del globo ocular y la porción interna de los párpados.
Su función es proteger los ojos, ya que estos están expuestos de manera continua al ambiente externo.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) explica que suelen verse afectadas las personas alérgicas a los agentes que se transmiten por vía aérea (pólenes, hongos, ácaros y animales domésticos), y se acompaña en la mayoría de los casos de afectación de la mucosa nasal (rinitis).
DE ESTACIONAL A PERENNE
Las alergias al polen se han convertido en un problema con una incidencia cada vez menos asociada a la estacionalidad. Varios son los factores que provocan que los meses de invierno también sean complicados para las personas que padecen estas dolencias: el cambio climático, la contaminación provocada por las calefacciones o la proliferación de especies vegetales como las arizónicas, con floración en los meses de enero y febrero. La mejor forma de prevenir los síntomas de la conjuntivitis alérgica, que en muchos casos afecta al rendimiento laboral y a la conducción, es evitar, en la medida de lo posible, estar en contacto con el
agente desencadenante, en este caso, el polen. Para ello, debemos permanecer en lugares cerrados, usar gafas de sol grandes y envolventes y lavarnos frecuentemente las manos con agua y jabón, especialmente cuando cambiamos de ambiente y nos exponemos a agentes a los que no estamos habituados.
Asimismo, una vez aparecen los síntomas, debemos acudir al médico y al alergólogo para que identifiquen el alérgeno que los ha provocado y nos recomienden el método apropiado para el alivio de la alergia ocular.
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