La piel del bebé juega un doble papel:
Apartir del nacimiento, el bebé juega un papel relacional es, por el contacto de piel a piel cuando el bebé toma conocimiento con el mundo y la gente que le rodea.
- Después, juega un papel protector, porque su piel impide las pérdidas excesivas de agua, proteínas, sales minerales, de calor e impide la entrada de microbios y bacterias. Se entiende que la piel cumple correctamente su función de barrera, por lo tanto debe ser particularmente sólida y resistente. Es decir, con buena salud.
Entonces, en el nacimiento, la piel es particularmente suave, aterciopelada, fina, y por tanto frágil, tierna y vulnerable. Aunque no es débil, la barrera cutánea está muy lejos de ser una barrera absoluta, por lo tanto se impone prudencia. Con más razón, sobre la piel de su bebé reclama toda su atención y mucho cuidado, en tanto que su fragilidad natural le puede causar de las más pequeñas a las más grandes preocupaciones.
Pequeñas y grandes preocupaciones
Los enemigos más numerosos son:
Es indispensable, proporcionarle los cuidados más seguros formulados:
Apartir del nacimiento, el bebé juega un papel relacional es, por el contacto de piel a piel cuando el bebé toma conocimiento con el mundo y la gente que le rodea.
- Después, juega un papel protector, porque su piel impide las pérdidas excesivas de agua, proteínas, sales minerales, de calor e impide la entrada de microbios y bacterias. Se entiende que la piel cumple correctamente su función de barrera, por lo tanto debe ser particularmente sólida y resistente. Es decir, con buena salud.
Entonces, en el nacimiento, la piel es particularmente suave, aterciopelada, fina, y por tanto frágil, tierna y vulnerable. Aunque no es débil, la barrera cutánea está muy lejos de ser una barrera absoluta, por lo tanto se impone prudencia. Con más razón, sobre la piel de su bebé reclama toda su atención y mucho cuidado, en tanto que su fragilidad natural le puede causar de las más pequeñas a las más grandes preocupaciones.
Pequeñas y grandes preocupaciones
Los enemigos más numerosos son:
- Los productos de higiene que contienen tensoactivos utilizados para eliminar las impurezas y que pueden contener sustancias irritantes: colorantes, conservantes.
- La orina y las heces que quedan en contacto durante un largo periodo en la piel.
- El Sol, que puede quemar la piel del bebé y provocar su deshidratación, por este motivo hay que tener en cuenta una vigilancia constante.
- Un traumatismo aunque sea ligero en apariencia (como el simple hecho de arrancar un esparadrapo), un arañazo, una quemadura aunque sea superficial, pueden provocar una lesión que rápidamente se comportará como una puerta a las infecciones.
Es indispensable, proporcionarle los cuidados más seguros formulados:
- Formulas con un mínimo de ingredientes seleccionados por su suavidad y una perfecta tolerancia
- Sin perfume, sin colorante, sin alcohol y sin parabenos
- Testados bajo control pediátrico y dermatológico
- Adaptados a las pieles más frágiles
- Muy alta tolerancia
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