Cada año se detectan unos 1.800 nuevos casos de esclerosis múltiple,
una enfermedad que suele iniciarse entre los 20 y los 45 años de edad y
que por causas que aún se desconocen es más frecuente en mujeres que en
hombres, en una proporción de 2:1. Entre los primeros síntomas de la
enfermedad destacan la alteración de la sensibilidad, la alteración de
la marcha y los trastornos visuales, pero también problemas de memoria y
concentración, pérdida de fuerza, alteraciones urinarias...
Las causas que pueden motivar la aparición de esta enfermedad también
se desconocen, aunque la comunidad científica suele relacionar la
mayoría de casos con diversos factores que, probablemente, deban
confluir para que la enfermedad se desarrolle, como por ejemplo una
cierta predisposición genética, la exposición a ciertos virus durante la
infancia y juventud, una menor exposición a la luz solar, etc. que
podrían aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Avances
Aunque todavía no se haya encontrado la cura definitiva, en los últimos
años han aparecido diversos fármacos que, con gran eficacia, han
conseguido reducir los brotes y la discapacidad que genera esta
enfermedad.
La forma de esclerosis múltiple más frecuente es la remitente –
recidivante o forma en brotes, puesto que supone el 85 por ciento de
los casos. Gracias a los continuos avances en el tratamiento de esta
enfermedad, cada vez los pacientes que la padecen se verán menos
afectados y serán más capaces de llevar una vida normal o con menos
limitaciones. Sin embargo, el estrecho seguimiento del paciente, el
cumplimiento estricto del mismo y la aparición de nuevos tratamientos
resulta imprescindible, pues aun a día de hoy en un 40 por ciento de los
casos, con el tiempo de evolución, la enfermedad seguirá progresando
tras un período inicial prolongado de recaídas y remisiones.
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