COMER SIN SAL CON MUCHO GUSTO

El exceso de sal o de sodio es un factor de riesgo para diversos trastornos como la hipertensión y determinadas dolencias cardiacas, hepáticas o renales. Acostumbrar al paladar desde niño a un punto justo de sal es un buen gesto que podemos trasmitir a los niños. Ya siendo adultos, el truco está en saber cocinar y sacar el máximo partido a las recetas prescindiendo de la sal:

. Cocinar al vapor las verduras: al no estar en contacto con el agua, las sales minerales del alimento que en gran medida son las que dan el sabor, no se duluyen.
. Macerar los pescados: los pescados balncos tienen un sabor más suave, más neutro. Para potenciar el gusto sin necesidad de añadir sal se pueden poner a macerar en zumo de limón, ajitos, perejil u otras hierbas aromáticas.
. Sazonar al final: añadir una pizca de sal al alimento una vez que esté cocinado y no durante la elaboración.
. Sal de sésamo: una forma de reducir la cantidad de sal y enriquecer en nutrientes los platos es utilizar gomasio, una mezcla de sal y semillas de sésamo, como aderezo de enaladas, cremas etc.
. El frío potencia el sabor: al dejar el guiso de un día para otro en la nevera, el sabor del plato se concentra más. Este truco sirve para elaborar platos como ragú de ternera, calamares en su tinta, estofados etc.

ALMORRANAS

 Recomendaciones para evitar que surjan las almorranas:

 

- La alimentación debe ser rica en fibra con abundancia de cereales integrales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres; así como beber agua en cantidad suficiente y abundante.- Realizar ejercicio físico porque ayuda a movilizar el contenido intestinal.

- No retrasar la evacuación cuando se siente la necesidad porque produce heces de mayor

tamaño, consistencia y más difíciles de evacuar.

- No permanecer un largo tiempo sentado en  el WC, ya que la postura congestiona los vasos

hemorroidales.

- Evitar la hirritación que puede provocar el papel higiénico. Es preferible emplear toallitas húmedas específicas de higiene o lavar la zona con agua tibia y jabón neutro. En caso de prurito y molestia intensa, un baño de asiento con agua templada, siempre que no se prolongue más de cinco o diez minutos, contribuye al alivio.

- Usar ropa interior de algodón para que transpire y refresque la zona. En caso necesario, emplear un cojín de asiento que deje la zona anal al aire.

 

- Aplicar cremas específicas antihemorroidales, pero su uso no debe ser continuo, sino en los episodios de exacerbación de los síntomas molestos.

 

- El frío local contribuye a aliviar el prurito y la molestia.

- Acudir al médico para su vigilancia.