Con los cambios de temperatura típicos de la primavera es fácil que los bebés se resfrien, para evitar ese riesgo, podemos tomar las siguientes precauciones:
- Mantener limpias las manos de los bebés y las nuestras, así como los juguetes que se llevan a la boca.
- Evitar exponer al bebé a bajas temperaturas y, en caso de salir al exterior, abrigarles tratando de mantener calientes sus pies, manos y cabeza y eliminar el exceso de capas dentro de casa para evitar que suden.
- Ventilar a diario las habitaciones de las casa para mantener el aire limpio y saludable y una temperatura estable, en torno a los 19º.
- Mantener el grado de humedad ambiental en torno a 40-60%, especialmente en las habitaciones de los reción nacidos, para impedir que las mucosidades se resequen.
- Exponer al bebé lo menos posible a espacios cerrados en los que se concentren muchas personas, ya que aumentan las posibilidades de contagio.
- Los pediatras recomiendan la leche materna para reforzar su sistema inmunitario y ayudar a prevenir los resfriados.
- Al bebé que come ya sólido, proporcionarle una alimentación variada con mucha presencia de frutas y verduras, rica en vitamina C.
- En caso de contagio, suministrar a los bebés líquidos de manera abundante para ayudar a disolver la mucosidad.
- Tratar de descongestionar y aliviar los conductos respiratorios del bebé, usando suero fisiológico y aspiradores nasales.
- Nunca automedicar al bebé sin prescripción médica para curar un proceso gripal o resfriado.
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