¿Quién no se ha sentido alguna vez indispuesto por una insolación...? Cuando el sistema de regulación de la temperatura corporal, asegurado por la transpiración, se satura, existe el riesgo de una deshidratación grave. Los responsables son los rayos infrarrojos, especialmente peligrosos para los bebés y los niños, ya que su sistema de termoregulación es hipersensibe y se desajusta fácilmente.
QUEMADURAS Y ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO
En el caso de una exposición excesiva al sol, la piel no tiene tiempo de fabricar melanina suficiente para protegerse. Del mismo modo, cuando la exposición al sol es muy prolongada, los rayos acaban por alcanzar las células de la epidermis, disminuyendo su capital de defensa. La piel no es, pues, una barrera invulnerable.
Hay que tener en cuenta que si bien la melanina amortigua un poco las quemaduras debidas a los rayos UVB, no protege del envejecimiento ni de los cánceres inducidos por el sol.
Los rayos UVA, a lo largo de los años acaban por provocar una degradación de las fibras de colágeno y de elastina y por consiguiente, la piel pierde su suavidad y su firmeza, y las arrugas pueden marcar prematuramente nuestra piel.
CÁNCERES CUTÁNEOS
Existen dos tipos de cáncer de piel:
- EPITELIOMA: cáncer desarrollado en los queratinocitos, células mayoritarias de la epidermis.
- MELANOMA: cáncer que se desarrolla a partir de los melanocitos (células responsables de la pigmentación de la piel).