CUATRO BUENOS HÁBITOS AL SOL
1. Evita la exposición al sol durante las horas de más intensidad.
2. No expongas a niños menores de 3 años directamente a la luz solar.
3. Protégete con ropa, un sombrero y con gafas de sol con filtros UV.
4. Aplica una cantidad suficidente de producto protector solar.
Con los primeros rayos del sol aumentamos el tiempo que pasamos al aire libre. Es en ese momento cuando debemos recordar que nuestra piel, y en especial la de los más jóvenes, necesita protegerse frente a los rayos ultravioletas, ya que la sobreexposición solar es la causante principal de las lesiones cutáneas y los cánceres de piel.
El único factor capaz de reducir estas lesiones es la fotoprotecciòn, ya que la prevención primaria disminuye en un amplio grado la posibilidad de muerte causada por melanomas.
Uno de los principales factores de riesgo del desarrollo de cáncer de piel son las quemaduras de niños y adolescentes: Los jóvenes reciben tres veces más cantidad de rayos ultravioletas que los adultos, o lo que es lo mismo, el 80% de la radiación solar se recibe antes de los 18 años.
Para una buena protección, una de las claves es la elección adecuada de los fotoprotectores, así como su correcta aplicación. No debemos fijarnos únicamente en el número de protección sino que debemos fijarnos en la radiación de la que protege y de su forma de utilización.
Sin embargo, aunque tengamos confianza ciega en el producto que vamos a aplicarnos en la piel, una de las consideraciones que debe tenerse en cuenta sobre los fotoprotectores es que no deben tomarse como único método de defensa ante los rayos ultravioleta, sino que debe ser una protección más, que complemente la defensa ante los rayos del sol. La utilización de ropa, sombreros o gorros que tapen la cabeza, utilización de la sombra, son también esenciales para cuidarse de los efectos dañinos del sol.
lunes, 21 de mayo de 2012
martes, 8 de mayo de 2012
AYUDAS PARA EL CONTROL DEL PESO
ADELGAZAR SUPONE QUEMAR LA ENERGÍA RECIBIDA DE MÁS Y ACUMULADA EN FORMA DE GRASA, DE MANERA QUE EL BALANCE ENERGÉTICO SEA NEGATIVO.
Tanto en el sobrepeso como en la obesidad lo que se observa es un exceso de grasas en el cuerpo que se traduce en un aumento del peso. No todo aumento de peso se debe a mayor cantidad de grasa corporal, hay aumentos por ejemplo en atletas que se deben a una mayor cantidad de masa magra y nunca se considerará
ni sobrepeso ni obesidad.
Cuando una persona aumenta de peso, aunque pueden influir ciertos factores genéticos, si no existe una patología específica que lo explique se deberá a un desequilibrio en el balance energético, es decir, habrá recibido más calorías de las que ha gastado.
Adelgazar supone quemar la energía recibida de más y acumulada en forma de grasa, de manera que el balance energético sea negativo.
Esto nos lleva a consumir menos calorías, pero realizando una restricción controlada y moderada de forma que la disminución del tejido graso sea paulatina, sin provocar pérdida de masa muscular ni llegar a trastornos de conducta alimenticia. La mejor manera de ayudar a consumir más grasa es aumentando el ejercicio físico que nos permite aumentar la diferencia entre calorías ingeridas y calorías gastadas, además de aportar beneficios y mejoras en nuestras funciones vitales.
Tanto en el sobrepeso como en la obesidad lo que se observa es un exceso de grasas en el cuerpo que se traduce en un aumento del peso. No todo aumento de peso se debe a mayor cantidad de grasa corporal, hay aumentos por ejemplo en atletas que se deben a una mayor cantidad de masa magra y nunca se considerará
ni sobrepeso ni obesidad.
Cuando una persona aumenta de peso, aunque pueden influir ciertos factores genéticos, si no existe una patología específica que lo explique se deberá a un desequilibrio en el balance energético, es decir, habrá recibido más calorías de las que ha gastado.
Adelgazar supone quemar la energía recibida de más y acumulada en forma de grasa, de manera que el balance energético sea negativo.
Esto nos lleva a consumir menos calorías, pero realizando una restricción controlada y moderada de forma que la disminución del tejido graso sea paulatina, sin provocar pérdida de masa muscular ni llegar a trastornos de conducta alimenticia. La mejor manera de ayudar a consumir más grasa es aumentando el ejercicio físico que nos permite aumentar la diferencia entre calorías ingeridas y calorías gastadas, además de aportar beneficios y mejoras en nuestras funciones vitales.
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